diumenge, de juny 20, 2004

contra jaime gil de biedma

De qué sirve, quisiera yo saber, cambiar de piso,
dejar atrás un sótano más negro
que mi reputación -y ya es decir-,
poner visillos blancos
y tomar criada,
renunciar a la vida de bohemio,
si vienes luego tú, pelmazo,
embarazoso huésped, memo vestido con mis trajes,
zángano de colmena, inútil, cacaseno,
con tus manos lavadas,
a comer en mi plato y a ensuciar la casa?

Te acompañan las barras de los bares
últimos de la noche, los chulos, las floristas,
las calles muertas de la madrugada
y los ascensores de luz amarilla
cuando llegas, borracho,
y te paras a verte en el espejo
la cara destruida,
con ojos todavía violentos
que no quieres cerrar. Y si te increpo,
te ríes, me recuerdas el pasado
y dices que envejezco.

Podría recordarte que ya no tienes gracia.
Que tu estilo casual y que tu desenfado
resultan truculentos
cuando se tienen más de treinta años,
y que tu encantadora
sonrisa de muchacho soñoliento
-seguro de gustar- es un resto penoso,
un intento patético.
Mientras que tú me miras con tus ojos
de verdadero huérfano, y me lloras
y me prometes ya no hacerlo.

Si no fueses tan puta!
Y si yo supiese, hace ya tiempo,
que tú eres fuerte cuando yo soy débil
y que eres débil cuando me enfurezco...
De tus regresos guardo una impresión confusa
de pánico, de pena y descontento,
y la desesperanza
y la impaciencia y el resentimiento
de volver a sufrir, otra vez más,
la humillación imperdonable
de la excesiva intimidad.

A duras penas te llevaré a la cama,
como quien va al infierno
para dormir contigo.
Muriendo a cada paso de impotencia,
tropezando con muebles
a tientas, cruzaremos el piso
torpemente abrazados, vacilando
de alcohol y de sollozos reprimidos.
Oh innoble servidumbre de amar seres humanos,
y la más innoble
que es amarse a sí mismo!

3 comentaris:

Anònim ha dit...

vaya poema de maricons y ni tant sols rima .quinamerda

Anònim ha dit...

Quién, que haya superado los treinta y muchos, no se ha despertado un día tentado de amarse a si mismo, descorazonado ante la posibilidad de haber perdido aquel tren en que viajaba un sueño quasiperfecto? (Su aroma quedó en el andén)
Quién, tal vez, no ha visto reflejado en su rostro que en aquel tren también marcho su juventud, sus encantos, sus proyectos...?
La vida no rima; riman los artificios que ocultan o transparentan la realidad.
Aunque no nos guste. todas y todos llevamos un maricón dentro de nosotros y se llama misoginia. Tú no?

Anònim ha dit...

Menudo varapalo literario le ha metido el segundo "anonimus" al comentario sobre el "poema de maricones que no rima". Buen nivel!

Un colega de Valladolid